lunes, 26 de junio de 2017

Congoja

Acariciando el final o lamiendo el fermentado recuerdo de soledad,
él planchó con sus dedos la pestaña del sobre de papel que contenía la última fotografía,
su última fotografía.
Cerrando los ojos, sintiendo el polvo elevado por el viento, en las esquinas de su habitación;
los dedos de su mano aun moviendose a través de la textura del viejo sobre de papel, papel rustico,
aspero, imperfecto.
El nudo que cerraba su garganta, de ser sensación pasó a ser material; su propia mano derecha al rededor del cuello,
su mundo pendiendo del dolor de un capricho.

No recordó más.

El tiempo interrumpido;
vida el pasado;
muerte el presente;
áureo el futuro.

Volviendo de sí,
recordando su "porque sí".
El cuerpo no resultó cómodo;
y la villa sus lágrimas,
pintó de gris.

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